Caracas, 14/11/2016. (Prensa Foro Cambio Democrático). Desde el pasado El 11 de junio del presente año, el Foro Cambio Democrático remitió tanto a la MUD como al PSUV una correspondencia reclamando la importancia de propiciar espacios de diálogo entre el gobierno y la oposición democrática. Luego que el partido gobierno Estado arrancó de un manotón dictatorial el constitucional derecho que el pueblo tiene a un referendo revocatorio del mandato del presidente de la república, la mayor urgencia nacional, además de atender la grave crisis económica y social que padece la nación, es la de rehacer el hilo constitucional quebrantado por un régimen político que con sus actos se ha ganado la caracterización de neo-dictadura. Eso, habida cuenta de la tozudez autoritaria del partido-gobierno-Estado que prefiere desatar una crisis política de enormes e imponderables consecuencias en vez de facilitar esa consulta popular, supone un calendario electoral progresivo. Y eso, como dijimos junto a otras 30 organizaciones civiles y sociales luego de la tropelía judicial contra el revocatorio, sólo puede lograrse a través de un proceso de diálogo y negociación.
Por eso respaldamos el diálogo. No sólo porque al país le conviene que gobierno y oposición puedan encontrar consensos que ojalá apuntaran a la conformación de un Gobierno de Transición Democrática, aislando a los extremismo de todo signo, sino porque es lo que le conviene a las fuerzas democráticas, orientadas por lo que hasta el cansancio se ha definido de 2006 a esta parte como una ruta de cambio pacífica, civil, nacional. Es decir, un proceso de lenta y evolutiva acumulación de fuerzas que tuvo en el 6D, al rescatar el Parlamento como institución autónoma de toda democracia, uno de sus hitos más importantes en la marcha hacia la reinstitucionalización de la república, la reactivación del aparato productivo, y la recomposición del tejido social. Fue un hito pero no final alguno.
En razón de todo lo expuesto, testimoniamos nuestro respaldo a los negociadores que en nombre de la MUD están llevando con pulso y firmeza, con valentía y coraje, las conversaciones con el gobierno.
Celebramos las primeras conquistas:
La posibilidad de una ayuda humanitaria y la necesidad de revisar entre Estado, trabajadores y empresarios un nuevo esquema para la adquisición y distribución de insumos y mercancías.
La activación de un calendario electoral que se inicia con las elecciones en Amazonas y la renovación consensuada del CNE.
La normalización de la relación institucional entre Poder Ejecutivo, AN y TSJ.
La próxima liberación de varios presos políticos.
Así como que alrededor de un tema tan sensible como nuestra reclamación territorial frente a Guyana podamos encontrar espacios de consenso y acuerdo.
Quienes critican a la MUD y a sus negociadores injustamente, unos con comprensible ansiedad y otros procurando manipular la desesperación de la gente, podrían por un momento meditar si las fuerzas democráticas y populares tenían la posibilidad de escoger otro camino que no sea el del diálogo, la negociación y el calendario electoral progresivo para desalojar del poder a una neo-dictadura que sin escrúpulo usa a su favor instituciones, presupuesto y Fuerza Armada.
Diálogo y negociación no es rendición incondicional de ninguna de las partes, tampoco del gobierno. Si algunos lo creyeron así, pues estaban claramente equivocados.
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