¡AHORA VALENCIA!

Por: Ruben Limas.

Tras la poderosa demostración de civilidad expresada por todo un país que se movilizó a Caracas este 1S, superando todos los obstáculos, enfrentando trabas, encarcelamiento de dirigentes, amedrentamiento de todo tipo y exigiendo un cambio político urgente en Venezuela el gobierno de Nicolás Maduro insiste en su sordera. La “otitis crónica” de este gobierno será justamente tratada con más movilización, esta vez en cada estado, el próximo 07 de septiembre hacia el CNE, y el 14 protesta en toda la región.

Para los adecos, septiembre es un mes especial, es el mes de nuestro aniversario y este 2016 Acción Democrática cumple 75 años. Sin embargo, las circunstancias nos conminan a la protesta, a la calle, a fundirnos en un solo cuerpo con todos los venezolanos que pagan muy cara las consecuencias de la
crisis. Principalmente quienes viven en la pobreza, que ahora paso a ser miseria, y que luchan todos los días amargamente en una cola para llevar comida a su familia. Recuerdo un documento escrito por Rómulo Betancourt frente a las dictaduras militares de su tiempo: “Con quién estamos y contra quién estamos” y me convenzo de su preclaro pensamiento, estamos contra el militarismo, lacayo de intereses trasnacionales bastardos y que trasfigura a la FAN en un ejército de ocupación en su propio país. Pero estamos junto al resto de las clases explotadas que anhelan construir un país distinto.

Estamos junto a los industriales venezolanos que desean producir, junto a los trabajadores que exigen contrataciones colectivas justas que los saque de la pobreza y represente dignidad para ellos y sus familias .Acompañando a las madres preocupadas por la alimentación de sus hijos, que no aguantan un día más de llanto por falta de comida. Con los estudiantes y jóvenes que no tienen futuro. Estamos con los productores agrícolas hastiados del monopolio importador de corruptas empresas de maletín que infertilizan nuestras tierras. Estamos con el pueblo y con el marcharemos hacia un cambio pacífico y, además, para exasperación del procaz Nicolás, inevitable.