Por: Engelbert Rivero Montenegro.
Entre 1948 y 1952, ingresaron a Alemania, por medio del Plan Marshall, cerca de US$ 1.600 MM. Estos fondos de ayuda se pusieron a disposición de la empresa privada y de los municipios, principalmente en forma de crédito para la adquisición de bienes para la manufactura (comida y materias primas industriales) de origen estadounidense. La experiencia de Alemania en la reconstrucción de posguerra nos brinda un ejemplo para estudiar cómo un sistema de crédito orientado a la producción, en vez de un sistema monetarista, permite que se reconstruya una nación rápidamente luego de su total destrucción.
Para finales de 1960, se habían creado 7 millones de empleos. Este vertiginoso crecimiento económico, permitió que la deuda externa se cancelara anticipadamente, aumentaran las inversiones y mejorara la calidad de vida.
En Venezuela nadie puede negar el quiebre del aparato productivo producto de la aplicación de un modelo económico con sobradas muestras de fracaso en el mundo. Esta merma en la capacidad productiva ha sido causada, entre otras tantas razones, por la imposibilidad del sector privado en conseguir divisas para por ejemplo adquirir materia prima en el exterior y modernizar sus activos, en vista de esto, el gobierno nacional recurrió a la publicación de la gaceta 41.102 mediante la cual se le otorga a los exportadores nacionales la prerrogativa de retener y administrar hasta el 80% del ingreso que perciban en divisas producto de su actividad comercial exportadora para atender gastos o pagos que deban realizar. El 20% restante de las divisas obtenidas deberán ser vendidas al Banco Central de Venezuela (BCV) al tipo de cambio complementario flotante de mercado (DICOM) vigente para el momento de la operación. La publicación de esta gaceta y la dificultad del empresariado en obtener divisas para su funcionamiento han motivado un incipiente pero sostenido incremento de la actividad exportadora.
Ahora bien, ¿cómo podrían beneficiarse los municipios de estas políticas?, Consientes que no somos Alemania, la recuperación de ese país nos da claras muestras de como las naciones con profundas crisis se reconstruyen desde los municipios, desde las localidades y Guacara, que cuenta con una muy golpeada zona industrial, aun cuenta con algunas empresas con vocación exportadora y es ahí donde se nos abre una luz a final del túnel.
Desde AD Carabobo hemos desarrollado la ordenanza para el Fomento de la Exportación y el Empleo cuyo punto neurálgico radica en otorgar beneficios tributarios del impuesto a las actividades económicas a las empresas ubicadas en la geografía de nuestro municipio cuya exportación puedan demostrar a la Dirección de Hacienda y que dichos productos tengan un alto porcentaje de valor agregado en la economía de local.
La premisa es, que a mayor producción para la exportación mayor será el uso de la capacidad instalada y mayor será la necesidad de mano de obra y este es el fin primordial de este instrumento legislativo, empleo digno para los Guacareños, que más vecinos salgan del trabajo informal y tengan en nuestra zona industrial una oportunidad para desarrollarse tanto económica como socialmente.
No hay que esperar ostentar cargos de elección popular para proponer ideas que fomenten cambios, debemos ir sentando las bases de un andamiaje jurídico en cada municipio para la gran reconstrucción nacional que se aproxima, que esta cada vez mas cerca y que fomente la interacción del Estado con el empresariado privado como hacemos los socialdemócratas para el logro de una Guacara con calidad de exportación.
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