domingo, 18 de septiembre de 2016

LA REALIDAD DE BARRIO BUENO.

Por: Julio Castellanos. 


Tras la publicación de un artículo denominado “Barrio Bueno y sus Dolores”, en este mismo espacio, recibí por parte de vecinos de esa comunidad un número importante de denuncias relativas al funcionamiento del Consejo Comunal y los servicios públicos de la zona, tal fue la insistencia de sus habitantes que funcionarios de Fundacomunal, encabezados por la ciudadana Irma Carrero, debieron trasladarse al lugar para participar como “mediadores” ante las demandas de toda la comunidad frente a los voceros del Consejo Comunal y los sobrevenidos CLAP en una Asamblea de Ciudadanos celebrada el 14 de septiembre pasado.


Gracias a muchos vecinos y colaboradores pude recabar un extenso reporte de todas las irregularidades vividas allí. En primer lugar, los vecinos expresan tanto en privado como en público su disconformidad con actitudes irrespetuosas de algunos voceros comunales quienes deciden arbitrariamente quien come y quien no, deciden, por ejemplo, que si alguien tiene una bodega pues no puede comprar en Mercal o adquirir las famosas bolsas del CLAP violando con ello el principio de igualdad de todos los ciudadanos conforme a lo previsto en la constitución vigente. No solo ha ocurrido eso, los vecinos insisten en apuntar la inacción del ya vencido Consejo Comunal frente a la sustracción irregular de la bomba de agua que permitía a la comunidad acceder al vital líquido, no hay información referida a las gestiones de denuncia de la perdida de ese equipo, al contrario, un manto de silencio ha terminado por imponerse. 

Tales circunstancias han convencido a Barrio Bueno de revocar a los actuales voceros y elegir un nuevo Consejo Comunal. Sin embargo Fundacomunal, contrariando el deseo de los vecinos y el mandato legal que reviste de carácter vinculante las decisiones de la Asamblea de Ciudadanos, impide la elección de un nuevo Consejo Comunal aludiendo que las mismas se encuentran suspendidas por una decisión administrativa que a todas luces no puede estar por encima de la ley. Asimismo, la funcionaria Irma Carrero indicó que los CLAP son “políticos” dándole cuerda a aquellas lamentables voces del apartheid institucional que equivocadamente creen que sólo pueden ser voceros quienes sean miembros del PSUV. 

Finalmente, no hubo respuesta a las exigencias de los vecinos. Solo excusas, promesas, solicitudes de respeto de quien no es capaz de darlo e, incluso, la amenaza velada de ejecutar el castigo de vender una bolsa de comida por casa antes que por cada familia si no se guarda el “orden”. Este tipo de noticias desalentadoras, desilusionantes y lamentables son las que desestimulan la participación ciudadana. 



La democracia participativa y protagónica no es compatible con un contexto de autoritarismo, exclusión, imposición y descarada complicidad entre Fundacomunal y algunos que se creen dueños de los barrios por obra y gracia del PSUV. Los dueños de la comunidad son todos los vecinos y ellos merecen que se les reconozca su derecho a elegir por votos a quien los represente. Como vemos, la lucha por reconstruir la democracia venezolana es un asunto que se manifiesta en cada comunidad, este es solo uno de entre muchos ejemplos que habitualmente pasan desapercibidos, pero a través de este espacio, la realidad de Barrio Bueno se hace pública.

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